Tratamientos médicos para la hiperhidrosis

por | Jun 20, 2024 | Información Médica

A lo largo de los años, se han desarrollado distintos tratamientos no quirúrgicos para la hiperhidrosis. Algunos de ellos actúan localmente sobre las mismas glándulas sudoríparas otros sobre la transmisión de la señal que activa dichas glándulas. De eficacia muy diversa, y algunos con efectos secundarios que los hacen no ser una opción terapéutica en la actualidad, analizaremos las distintas opciones que hay actualmente en el tratamiento de la hiperhidrosis.

Algunos de estos tratamientos, no tienen eficacia probada, como la iontoforesis o la termólisis por microondas, otros se han usado en el pasado y se han dejado de usar por sus efectos secundarios o por su falta de efectividad.

Antitranspirantes contra la hiperhidrosis:

Son sprays o cremas basados en sales de aluminio. Los que se comercializan son efectivos únicamente en casos leves de Hiperhidrosis. Suele ser el primer tratamiento que reciben los pacientes porque son baratos y accesibles, aunque aparte de su que su efectividad limitada y que es necesaria la aplicación diaria, pueden producir irritación cutánea. No se pueden usar para Hiperhidrosis craneofacial.

Glicopirrolato tópico:

El glicopirrolato es un fármaco que inhibe la acción de la acetilcolina en las glándulas sudoríparas, bloqueando la transmisión de la orden de sudar por parte del sistema simpático. Produce irritación tópica, y síntomas anticolinérgicos (los más frecuentes son sequedad de boca y visión borrosa), siendo estos dos factores las principales desventajas.

Toxina botulínica:

Tiene una gran efectividad inicial pero va perdiendo eficacia con el tiempo. Las inyecciones (entre 10-20 por axila), son dolorosas y hay que repetirlas cada 6 meses aproximadamente. En el caso de la hiperhidrosis palmar, puede producir debilidad en los
músculos de la mano, y en el caso de la hiperhidrosis craneofacial, en los músculos de la cara, con la alteración de la expresión facial que esto conlleva.

Termólisis por microondas:

En el momento actual no es una opción terapéutica. No hay mucha evidencia de que sea efectiva, puede causar molestias locales y afectar a los nervios cubital y mediano cuando se realiza para Hiperhidrosis axilar.

Fármacos:

Los fármacos anticolinérgicos pueden producir sequedad de boca, visión borrosa, dolor de cabeza y retención urinaria, siendo frecuente tener que interrumpir el tratamiento. La utilidad de la clonidina es muy discutida y puede causar hipotensión arterial, por lo que, existiendo otros tratamientos más seguros y efectivos, el tratamiento farmacológico no se considera una opción para tratar la hiperhidrosis en el momento actual. En ocasiones se emplean betabloqueantes o benzodiazepinas en los casos en los que la sudoración se asocia a la ansiedad, pero en esos casos no estaríamos hablando de hiperhidrosis primaria, sino de síndrome ansioso.

Iontoforesis:

De eficacia no comprobada, consiste en sumergir las palmas de las manos o los pies en agua y aplicar una corriente eléctrica. Se desconoce el mecanismo de acción por el que podría mejorar el sudor. Además requiere la realización de sesiones diarias de 30 minutos. Las inmersiones frecuentes pueden producir agrietamiento palmar o plantar y molestias.

No apta para la hiperhidrosis axilar, puesto que hay que sumergir la zona afecta en agua para aplicar el tratamiento.

Simpatectomía torácica:

Es el tratamiento más efectivo, con tasas de éxito por encima del 98%, y en el que los efectos de tratamiento más se han estudiado a largo plazo (existen estudios con seguimiento de 14 años, y las tasas de éxito siguen siendo superiores a las que tiene el tratamiento con toxina botulínica a 6 meses). El principal efecto secundario es la sudoración compensatoria, que según los estudios sólo resulta molesta en un 2% de los casos.

En base a lo expuesto, podemos llegar a las siguientes conclusiones:

1. Existen diversos tratamientos para la hiperhidrosis, con resultados muy diversos. En la práctica las opciones terapéuticas a día de hoy serían los antitranspirantes para casos leves, la toxina botulínica en caso de no desear realizar una intervención quirúrgica, y la simpatectomía torácica. El resto de tratamientos tiene una eficacia muy limitada y/o efectos secundarios que obligan a interrumpir el tratamiento.
2. La simpatectomía torácica tiene resultados de efectividad muy superiores al tratamiento con toxina botulínica en cuanto a mejoría de la hiperhidrosis, y es el único tratamiento cuyos resultados se han estudiado a largo plazo.
3. La simpatectomía torácica es, además, el único tratamiento que resuelve la hiperhidrosis de forma definitiva, sin necesidad de repetir el tratamiento en el tiempo.

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